Flor Blanca ORIGINAL

Flor Blanca

Capitulo 1
Yo vivía en Managua, la capital de Nicaragua. Mi casa no estaba lejos de una montaña que era famosa por los hallazgos de ídolos indígenas. En mi tiempo libre me iba a la montaña en busca de artefactos indígenas. Como siempre antes de mis viajes, preparaba mi mochila con algunas herramientas, entre ellas: una pequeña hacha, una pala, un martillo, un cepillo y un desarmador (1). También llevaba algunos bocadillos y una cantimplora llena de agua. Yo me consideraba un arqueólogo amateur y mis viajes eran siempre de un día.

Abrí la puerta y vi el pequeño arbolito que yo había sembrado en frente de la casa hacia dos días.  Comencé a caminar alejándome de mi casa, miré hacia atrás y noté que alguien había puesto números nuevos en la dirección de la casa, 507 Calle Libertad (2). Yo recordaba que los viejos números se habían casi borrado. Así que no me preocupe, solo me reí y burlonamente en mi mente me dije, “Bueno al menos ahora sé donde vivo.” La montaña estaba a 20 kilómetros de mi casa. Viajé en un autobús (3) hasta la última estación.

Caminando a  través  de bosques y pequeños senderos, la montaña estaba a solo 3 kilómetros. Una vez que descendí del autobús inicié mi caminata. Al principio todo era fácil, pero así como me acercaba a la montaña se hacía más  difícil porque  todo  era  cuesta arriba. Era un día soleado y algo caliente. Me detuve a tomar  un poco de agua antes de comenzar a escalar. Pude ver a mi derecha el lago Xolotlán, (4) se veía de un color café amarillento. El color café era probablemente el efecto causado por las aguas residuales vertidas en el lago de la ciudad de Managua.  Sabía que no contaba con mucho tiempo si quería encontrar artefactos de los indios precolombinos. Así que continué con mi viaje de un día. Durante este viaje viví la experiencia mas increíble.

Mientras subía la montaña, vi un objeto brillante entre las rocas. Al principio pensé que era un pedazo de espejo o tal vez un trozo de vidrio. Sin embargo, la pregunta que me hice fue: ¿Qué estaría haciendo un pedazo de vidrio o espejo hasta   aquí   arriba?
Entonces,  decidí ver  que era. Era una pequeña roca. Intenté tomarla, pero estaba atorada. Continúe  hasta que la roca comenzó a moverse (5). Así, mientras se movía, un sonido retumbante vino desde  las rocas de encima, que comenzaron a moverse (6) lentamente hacia abajo, y de pronto dejaron al descubierto un túnel. (7)
Qué sorpresa!.  Yo era un adolescente curioso y el túnel para mí era algo increíble. El diámetro del túnel era de unos seis metros de altura por unos seis metros de ancho. La estructura desde la parte interior parecía como si hubiera sido hecha con algún tipo de máquina. Podía ver los diferentes tipos de rocas cortadas perfectamente y la superficie era completamente lisa. Mi imaginación empezó a correr de manera salvaje. ¿Pudiera ser esto una base secreta del gobierno, o una base de extraterrestres?

A medida que empecé a caminar más hacia dentro del túnel, un maravilloso aire fresco emanaba. Seguía caminando.(8) Y yo me preguntaba ¿tendrá final el túnel? Después de haber caminado alrededor de cien metros, pude débilmente ver luz en la distancia, pero no sabía si era el final. Millones de cosas pasaban por mi mente. Tales como, ¿Habrá personas del otro lado?, ¿Habrá quizá un tesoro enterrado? o ¿Tal vez agentes de gobierno o incluso una base de extraterrestres? Sentía mucho de miedo, pero mi curiosidad era más  grande que mi temor. Entonces, empezaba a recobrar mi paso.  El aire fresco y limpio continuaba  fluyendo hacía  mis pulmones. Una vez más me preguntaba si al final del túnel habría una caída repentina. Finalmente pude ver la luz del sol entrar en el túnel. Entonces, decidí caminar más lento.

Capitulo 2
El delicioso aire inundaba todo mi cuerpo. Sentí una sensación de paz y felicidad. El túnel terminaba al nivel del suelo que era como  arena brillante. Podía ver árboles a mi alrededor. En mi lado derecho había un lago. Se veía tan azul y limpio que me sentí con ganas de saltar en él. (9)Empecé a caminar hacia el bosque frente a mí. Podía ver árboles frutales de diferentes tipos por todo el lugar. Todo se veía tan natural, justo como imaginamos el paraíso.

A medida que seguía caminando en el bosque, vi a  mi lado derecho un claro con muchos objetos que parecían como casas de indígenas, eran tipis. (10) Empecé a caminar hacia los tipis. Cuando llegué al centro de la zona, personas que se veían como indígenas comenzaron a salir de los tipis. Tenían pañuelos alrededor de la frente. Podía ver ternura, calidez y amor en sus rostros. La forma en que me miraban me recordó la forma en que mi abuelita solía mirarme (11). Uno de los hombres mayores en el grupo, que tenía el pelo blanco, me dijo, “Todos te damos la bienvenida.” Luego continuó diciendo, “ Flor Blanca te mostrará el alrededor.”

Con la sensación de felicidad que invadía todo mi cuerpo, sentí como si estas personas me estuvieran esperando. De pronto una cálida mano tomó la mía y cuando volteé  para mirar, no podía creer lo que veía. Sosteniendo mi mano era la chica más linda que jamás había visto en mi vida (12). La seguía un perrito de pelo amarillo claro, entonces escuche una voz angelical, “Navidad, di hola.” Era Flor Blanca.  El perrito se paró en sus patas traseras y mientras hacía un sonido mascullado con el hocico, extendía su patita delantera en el aire como saludando (13), a lo cual yo correspondí. Mire hacía atrás donde estaba la hermosa chica de maravillosa sonrisa. Nos miramos a los ojos y sentí como si algún tipo de fuerza magnética controlara mi visión. No podía mantener mis ojos lejos de esos ojos grandes color marrón oscuro.

Mientras miraba fijamente esos ojos, pude notar que su piel era suave y que era casi blanca. Su pelo largo y negro solamente se añadía a su belleza. También usaba un pañuelo alrededor de su frente. No sé exactamente cuánto tiempo nos miramos a los ojos, pero para mí  fue un sentimiento maravilloso. Sentí como si estuviera hipnotizado por esos bellos ojos. Finalmente, el silencio fue roto por los sonidos del cachorro llamado Navidad. Yo me imaginé que quería algo de atención.

Ella rompió el silencio al decir, “Deja que te muestre el alrededor.” El sonido de su voz era como música para mis oídos. De esta forma caminamos durante unos minutos. El cachorro camino entre los dos como si estuviera protegiéndola o tal vez eran solo celos de la mascota. Yo era un aficionado a la geología y estaba sorprendido por los diferentes colores de las rocas que había en el suelo. A medida que continuábamos nuestro recorrido, pasamos por una cascada (14). Una vez más, pensé que este lugar podría ser el paraíso. El agua de la cascada era como agua de manantial. Era la mejor agua que había probado. Yo no creía en los milagros y tampoco sabía lo que era el amor. Sin embargo, Flor Blanca y este lugar me hicieron cambiar. Mientras caminábamos, vimos diferentes tipos de animales como pájaros de hermosos colores, conejos blancos y flamencos en el lago. Empezaba a oscurecer y fue entonces cuando Flor Blanca sugirió regresar a la aldea. Cuando regresamos, la gente de la tribu estaba sentada alrededor de una fogata.

Flor Blanca tiró de mi mano suavemente y nos sentamos entre los otros indígenas. Ellos estaban contando historias acerca de cómo era la naturaleza, antes de que el hombre blanco la  destruyera. En ese tiempo la tierra, lagos y animales se veían tan saludables, tal como en este lugar. Y para mi este lugar era el paraíso. Esto había sido antes de que los españoles llegaran al continente. También, contaban de lo amable y servicial que fueron ellos con los españoles. Sin embargo, tiempo después, los españoles se apoderaron de la tierra y sometieron a los indígenas locales a la esclavitud. Además, esos españoles se matarían entre sí por un pedazo de roca a la que ellos llamaban “oro.”

Capitulo 3
Yo venía de un mundo diferente , y por lo tanto las historias que los
indígenas me contaban no tenían  el mismo efecto impactante en mí, como en ellos. Un hombre de edad mayor, habló acerca de la Navidad y de cómo era celebrada en el mundo exterior. El decía que en ese mundo, casi todos pretendían ser amables con todos, con el fin de recibir un mejor regalo. No había sinceridad y por el contrario había poco amor entre ellos y que solo había avaricia. Entonces, le pregunte al anciano por qué el cachorro se llamaba  Navidad sí la celebración de esa temporada era tan hipócrita  para ellos. El contestó,“ Porque el perrito llego en esa temporada, la cual ciertamente es una hermosa celebración. Pero, es la avaricia de la gente la que arruina el significado de la palabra.”

No sabía qué hora era, pero sabía que era tarde. Flor Blanca me mostró el teepee donde yo dormiría,  y entonces  ella me dijo, “Buenas noches.” Mientras se iba, me quedé pensando en mi experiencia y lo difícil que sería para alguien  creer  mi historia. Estaba tan emocianado que tuve problemas para conciliar el sueño.

A la mañana siguiente Flor Blanca me despertó. Ella me dijo, “el desayuno está listo.” La comida fue deliciosa, sin embargo, no me atreví a preguntar qué era. Después del desayuno me metí en el lago con Flor Blanca, seguidos por Navidad. El agua era fresca y agradable, entonces le pregunte a Flor Blanca, “ ¿Como se llama este lago?,” ella contesto,  “se llama Lago Azul.”

Jugamos en el agua durante mucho tiempo. Cuando salimos, me sentí tan fresco y despierto como si hubiera dormido durante muchas horas. Pregunté a Flor Blanca si había algo que podía hacer para ayudar. Ella me dijo que podía ayudar a su padre que estaba sembrando maíz. Me llevó donde él estaba.

Su padre sonrió cuando nos vio y cuando  le dije que yo quería ayudarlo, él se puso contento. Mi trabajo consistía en dejar caer el maíz en las ranuras que él había hecho. Me sentí bien por que estaba haciendo algo por esta gente maravillosa que me había dado la bienvenida con los brazos abiertos.

Pasaron los días. Yo me sentía tan feliz que empecé a perder la noción del tiempo. No estaba seguro si había estado en este lugar por seis meses o mas. A pesar de que yo era muy unido a  mis padres,  no los extrañaba. Nunca me había sentido tan saludable en mi vida. Tal vez era el aire de este lugar o la sonrisa de Flor Blanca. Fuera lo que fuese, me sentía increíble. La gente de aquí era tan inocente y dulce a la vez,  que recé para que nunca cambiaran. Tenían un aspecto de santidad en sus rostros. Sentía como si tuvieran un aura que hacía sentir bien a cualquier persona que estuviera a su alrededor.

Mientras tanto, empezaba a enamorarme de Flor Blanca. Ella era tierna y dulce como los demás. Pero en mi pensamiento no tenía ninguna duda de que ella era la chica más bella del mundo. Yo estaba consciente de que había estado en este lugar por mucho tiempo. Muchas estaciones de maíz pasaron. Sin embargo, no estaba seguro si el período del maíz duraba tres meses o un año. Todos los días después del trabajo, Flor Blanca me mostraba una nueva área de este lugar fascinante. Esta vez ella me iba a mostrar el “Río de Oro.”

Caminamos unos tres kilómetros y luego entramos en un valle que ella dijo era el Río de Oro. (15) El río se veía dorado por el reflejo del sol. A medida que nos acercábamos al río, el reflejo del sol se desvanecía. El río estaba en calma; el agua era limpia y clara. Me sentía como un explorador que había descubierto una tierra virgen, nunca antes vista por los ojos del hombre blanco. Lo que más me sorprendió fue el fondo del río que tenía pequeños puntos brillantes. Cogí un puñado de arena de la orilla del río. (16) En la arena había manchas brillantes por doquier. Cuando le pregunté a Flor Blanca qué eran los puntos brillantes, ella dijo que era oro. Durante unos segundos me quedé en silencio.  Pero mas tarde, quería gritar las palabras, ¡Soy rico!, ¡Soy rico!.  Flor Blanca me miró a los ojos y dijo,  “ la mirada en tus  ojos me asusta.” Me dio vergüenza. ¿Cómo podía este metal provocar tal reacción en mí?

Yo sabía que el oro no tenía valor para estas personas y pensé que esta era la razón por la cual ellos eran felices. Entonces, me disculpé con Flor Blanca y le explique cómo el oro era valorado  en el mundo exterior de donde yo venía. Le mencione también que había tenido una reacción aun más intensa cuando la había conocido a ella, en comparación de  cuando habíamos encontrado el oro. Así  ella me abrazó y nos besamos por primera vez. Navidad comenzó a gruñir como si estuviera celoso. Nos reímos, lo cual le molesto más aun. Comenzaba a oscurecer y decidimos volver a la aldea.

Capitulo 4
Ella me conto algunas historias acerca de Navidad, de cómo se molestaba el cachorro cuando ella abría el Teepee muy temprano e iluminaba de pronto al cachorro, entonces Navidad empezaba hacer gruñidos hasta que ella cerraba el Teepee. Pensé que eso era muy gracioso. Flor Blanca también me contó como Navidad volcaba su plato de comida cuando no le gustaba lo que se le había servido.

Cuando regresamos, todos estaban sentados alrededor de la fogata una vez mas. Flor Blanca y yo nos unimos al círculo. Esta vez las historias que contaban los ancianos eran en relación a la codicia y la moral. Y de cómo la avaricia destruye la vida de las personas. Era un poco extraño que el tema fuera la codicia. Me sentía como si ellos estuvieran tratando de darme un mensaje.

En otra ocasión, nos reunimos todos, pero la reunión era más como una celebración para dar gracias a la madre tierra por todas las cosas que ellos habían recibido de ella. Tocaron música, los instrumentos eran una marimba y tambores. Lo mas gracioso fue cuando Navidad comenzó a saltar. Yo le pregunte a Flor Blanca, qué pasaba con el cachorro y ella respondió, “No le pasa nada , solo esta bailando.”

Ya era tarde y todo el mundo empezó a caminar hacía sus respectivos teepees. Encaminé a Flor Blanca al suyo. Nos abrazamos y besamos para desearnos buenas noches. Mientras me alejaba de ella, me sentí triste. A pesar de que mi teepee estaba  a diez metros de distancia del suyo, sentía como si estuviera a miles de kilómetros de distancia. Mientras me recostaba en la cama de petate, me sentí muy feliz de que Flor Blanca tuviera los mismos sentimientos que yo tenía para con ella. También empecé a pensar sobre mi madre. Deseaba que un día ella pudiera conocer a Flor Blanca.

Así, por primera vez,  empecé realmente a extrañar a mi familia. Me preguntaba si ellos estaban bien y cuanto me extrañaban. Yo sabía que tarde o temprano tendría que volver a casa. Entre mas pasaban los días, más amaba a Flor Blanca y a este lindo lugar que nunca dejaba de sorprenderme.

En  uno de nuestros paseos diarios, Flor Blanca dijo que quería mostrarme un lugar en el cual sólo pocas personas habían estado. Ella dijo que era una cueva, pero que no me diría nada más hasta llegar ahí. Caminábamos tomados de la manos hacía la cueva. Después de caminar un par de kilómetros, ella me dijo que este era el lugar. Yo no vi nada. Sin embargo, justo detrás de grupo de árboles, vi la entrada de una cueva. Al entrar no era oscura, porque había un agujero en el techo de la cueva que dejaba pasar la luz del sol. Se veía como el techo abierto de un automóvil o un tragaluz en una casa. Lo que vi es difícil de describir. Se veía como una discoteca con reflejos de luz de diferentes colores. (17) El suelo estaba pedregoso. Entonces levante una de las piedras del suelo y el reflejo de las piedras me cegó la vista temporalmente. La piedra era del tamaño de una pelota de golf, se parecía a un  pedazo de vidrio o a un diamante. Di la vuelta y recogí otra piedra que era de color rojo.

Pregunté a Flor Blanca lo que era esa piedra. Ella dijo que era un rubí. Yo me emocione mucho y pensé acerca de tantas cosas que podría comprar con ella. Sin embargo, la felicidad de estar en este lugar y con Flor Blanca era más importante que las riquezas de todo el mundo.

A pesar de que yo era tan feliz,  sabía que tarde o temprano tenía que volver a casa con mi familia. No estaba muy seguro de cuánto tiempo había pasado en este lugar al que llamaba  paraíso. Yo no percibía ningún cambio entre la gente. Cada uno se veía igual, así como cuando yo había llegado aquí por primera vez. Yo sentía dolor en dejar este lindo lugar, pero sabía que algún día iba a regresar. Yo sabía que al irme, no me iría por completo. De alguna manera yo iba a volver. Mi objetivo era traer aquí a mi familia, pero primero necesitaba convencerlos. Durante toda la semana, las únicas dos cosas sobre las que pensaba eran, una que tenía que volver a mi casa porque se lo debía a mi familia y la otra era que yo no quería estar lejos de Flor Blanca.

Capitulo 5
Una mañana, mientras me preparaba para ir a trabajar al campo, decidí que iba a volver a casa al día siguiente. En mi camino hacía la milpa miré a mi alrededor. Todavía estaba encantado con este lugar y con Flor Blanca. Yo estaba muy enamorado de ella, completamente enamorado. Esa noche cuando volví, ella estaba esperando por mí, así como siempre lo hacía. La abracé muy fuerte, en ese momento deseé que mi pecho se pudiera abrir y dejarla entrar. No quería decirle que me iba. Sin embargo, no podía ocultarlo por más tiempo. Cuando le dije lo que iba a hacer al día siguiente, las lágrimas salieron de sus ojos.  Cuando la vi llorar, no pude contener las lágrimas que también salían de mis ojos. Le dije que no tenía más remedio que volver. También le dije que ella podría venir conmigo, pero ella dijo que no podía. Le pregunté ¿por qué?, ella dijo, “No sé por qué, pero no puedo ir contigo.” Entonces,  le dije que iba a estar fuera por no más de dos días. Ella respondió, “¿Qué pasara si tu no regresas?” Le dije que no podía vivir sin ella y que no se preocupara por que yo iba a regresar. Ella me besó.

Entonces, empezamos a caminar hacia las cuevas donde había visto las piedras preciosas. Pensé que sería una buena idea llevar algunas de estas piedras preciosas para mi familia. Flor Blanca estuvo de acuerdo con mi idea, pero dijo que a su padre tal vez no le gustaría esa idea. Envolvimos las piedras con un pañuelo y las escondimos en los arbustos. Yo iba a recogerlas en mi camino hacía la ciudad al día siguiente. Ella me hizo prometer no decirle al mundo exterior acerca de este lugar. Ella temía que la gente del mundo exterior viniera y lo destruyera junto con su familia y amigos. La besé y le dije que no se preocupara, que la gente del exterior no era tan mala como en los viejos tiempos. Sin embargo, yo sabía muy bien que la gente del exterior era capaz de matar hasta por menos de un peso. Regresamos a la aldea, cuando todo el mundo estaba alrededor del fuego.

Esta vez estaban contando varias historias. Uno de ellos cautivó mi atención, fue el padre de Flor Blanca. Él estaba contando como todo había sido afectado por la extracción del petróleo. Él decía que todo liquido, mineral, animal o planta tenía un propósito especial para la sobrevivencia de nuestro planeta. En el caso del petróleo, su propósito era filtrarse a través de el lecho rocoso hacía el magma del planeta y así la combustión de la roca y el hierro se fundían en el centro de tierra. Esto era lo que creaba la combustión que producía el campo magnético que  mantenía al planeta vivo. Eso me sonaba como una teoría muy interesante y me preguntaba como esta gente podía saber tanto.

Al día siguiente, les hablé de mi viaje a casa. El padre de Flor Blanca dijo que había la posibilidad de que no encontrara mi camino de regreso. Además, me pidió que no hablara con nadie sobre el lugar. Yo le dije que le daba mi palabra de honor y que no importaba lo que pasara, yo encontraría mi camino de regreso.

A medida que la noche avanzaba, todos empezaron a retirarse a sus teepees. Besé y abracé a Flor Blanca mientras se dirigía hacia su teepee.  Cuando yo estaba en la cama de petate, pensé en su candor y dulzura lo cual me hizo sonreír. Era una sonrisa de felicidad. Muchas veces me dije a mí mismo lo afortunado que era de haber encontrado a Flor Blanca y a este lugar. Por desgracia, mi familia no estaba aquí, eso me puso triste. Yo no quería dejar a Flor Blanca ni a este maravilloso lugar. A pesar de que fuera tan sólo por dos días. A la mañana siguiente las personas de la tribu me estaban esperando para decir adiós. Me despedí de cada uno de ellos, abracé y besé a Flor Blanca.

Navidad estaba con ella y también lo abracé y besé. Mientras caminaba, el cachorro hizo sonidos como si estuviera llorando. Con mi corazón roto y sin mirar atrás, caminé hacia la ciudad. Cogí el pañuelo que había escondido con las piedras preciosas y continué mi viaje  hacía la entrada del túnel. Y cuando finalmente llegué al túnel, al entrar en él, me sobrevino un sentimiento de ansiedad. Después de estar en un lugar tan hermoso, no me sentía con ganas de volver a un mundo que era todo lo contrario; donde se idolatraba la codicia, el egoísmo y los celos. Caminé y caminé hacia el otro lado del túnel. A medida que me acercaba al final del mismo, este se volvía más oscuro porque la entrada del otro lado estaba cerrada. Finalmente cuando llegué a casi un metro de esa entrada, la roca que la bloqueaba se movió por sí misma. En ese momento, percibí un enorme cambio en el aroma del aire. El aire ya no era fresco, podía oler la contaminación.

Capitulo 6
A lo lejos vi la ciudad y una espesa nube de humo se cernía sobre ella. Cuando estaba a poca distancia de la entrada, la gran roca se movió de nuevo para cerrar la cueva. A medida que se cerraba, la exasperación y la tristeza inundaban mi cuerpo y mi mente. Recogí una pequeña piedra y con ella, hice marcas en la gran roca para notar el lugar de la entrada. Yo estaba dejando atrás el paraíso, pero sabía que iba a regresar. Empecé a bajar de la montaña  rocosa. Tropecé y perdí el equilibrio. Mientras trataba de recuperarlo , solté el pañuelo y así, lo perdí. Vi como las piedras preciosas se salían del pañuelo. Sabía que nunca iba a encontrarlas debido a la inclinación de la montaña y lo pedregoso del área. Encontrarlas sería como buscar una aguja en un pajar debido a la gran cantidad de rocas sueltas. No estaba molesto por el hecho de perder lo que en el mundo exterior sería considerado una fortuna.

En ese momento me di cuenta que yo ya era una persona diferente. Caminando hacía la ciudad vi el lago Xolotlán a mi izquierda, está vez para mi sorpresa se veía casi negro…..!!! (18) Podía percibir el olor de las aguas negras en el aire. Qué gran diferencia comparado con el Lago Azul. Yo estaba seguro  de  que el Lago Xolotlán se veía tan hermoso como el Lago Azul. Esto antes de que el mundo llamado  “civilizado” lo destruyera. Inmediatamente note que ya no era necesario caminar más a través del bosque. Por que ahora, la ciudad estaba más cerca de la montaña. Todos los arboles habían desaparecido. En su lugar solo vi casas y desolación. Entonces pensé, “tantos cambios en tan poco tiempo.” En ese instante, quería correr hacía mis amigos indígenas y decirles que tuvieran cuidado, por que ahora la ciudad estaba más cerca de ellos y que ellos estaban en mayor riesgo de ser encontrados.

Entonces me dije a mi mismo, “Estaré de regreso en un par de días.” No sería muy diferente si les dijera esto ahora o en dos días más. Así, mi caminata fue de menos de dos kilometres y entonces vi una señal muy luminosa que decía: “Parada de Autobús.” Yo aún tenía algunas monedas que había guardado para mi viaje hacía la montaña. Las conté, sabía que tenía más que suficiente para pagar mi pasaje en el autobús. Era un día muy soleado, pero una brisa fresca evitaba que se sintiera caliente. Dentro de la parada había una pantalla que mostraba en cuanto tiempo el autobús arribaría, y decía, 20 minutos. Finalmente a lo lejos vi una gran señal luminosa  que se acercaba, parecía ser mi autobús.

Así como se acercaba, note el frente que parecía más bien como un avión. No podía ver al conductor por que el vidrio delantero era solo una gran pantalla que cubría todo el frente del autobús (19). Yo me preguntaba, como el conductor podía ver por donde iba. Eso era mas bien como una gran pantalla de televisor que cambiaba cada vez que  se aproximaba a cada esquina. El autobús no producía ningún sonido cuando se detenía en cada parada. Cuando me subí al autobús, vi la visión del conductor desde el interior, la pantalla causaba ninguna obstrucción. De hecho, la vista era mas bien como una vista panorámica. Yo no encontré el colector de monedas en el autobús, por lo cual le pregunte al conductor.

El conductor era un hombre de la edad mayor y me pidió mostrarle las monedas. Él dijo, “No he visto estas monedas desde hacía mucho tiempo. ” No puse mucha atención a su comentario. Me preguntó si él podía quedarse con las monedas y que a cambio me daría un viaje de regreso gratis. Yo acepte. Y de esta forma puse mi boleto de vuelta en mi bolsillo. Entonces yo le pregunté porqué el autobús no emitía ningún sonido. El dijo, que era, porque el autobús funcionaba con electricidad que era provista vía remota por medio de una antena colocada en la parte superior del autobús.

La gente en el interior del autobús estaba vestida de una manera extraña. Usaban colores muy brillantes. Su vestimenta estaba hecha de una sola pieza y de un solo material que cubría su  cuerpo por completo desde las manos hasta el cuello. En la cintura tenían una pequeña caja plateada que intermitía luz.

Cuando me senté junto a una muchacha de unos veinte años. Le pregunté, qué era la caja que emitía luz en su traje. Ella me respondió que era una combinación de una batería y un regulador que modificaba la temperatura del traje para mantener la temperatura del cuerpo.

Capitulo 7
Mientras viajaba el autobús note que la ciudad lucía diferente. De alguna manera, parecía que los edificios eran más altos y más modernos de lo que podía recordar. También vi autos que parecían más bien como de una película de ciencia ficción, incluso vi a alguien estacionar un vehículo sin poner la reversa, ya que las llantas del automóvil giraron todas al mismo tiempo y se estaciono paralelo entre otros dos vehículos en un espacio muy angosto. Entonces me dije a mi mismo: Creo que la tecnología ha realmente avanzado.

Cuando vi mi parada en la pantalla del autobús, descendí y mientras caminaba hacía mi casa tuve un extraño sentimiento de que me encontraba en un lugar distinto, incluso en otro tiempo. Habían grandes árboles que no recordaba haber visto antes de haber partido.  Me acercaba más a mi calle “Libertad” y reconocí el número  507. (19) Ya no eran casas, en su lugar habían solo edificios altos. Finalmente llegué al número que yo conocía muy bien. Número 507. El número era correcto, pero en lugar de una casa familiar, un edificio de cuatro pisos la había reemplazado. No podía comprender lo que había  pasado. Yo no estaba desorientado, conocía el área muy bien para estar perdido. Así que, no tenía ningún sentido que todas las casas que yo recordaba fueran  remplazadas por estos edificios.

Al otro lado de la calle de  donde yo estaba, vi a un anciano en una silla de ruedas. Finalmente,  decidí preguntarle si yo estaba en un lugar equivocado. El anciano parecía tener más de setenta años. Mi pregunta fue, si había alguna otra dirección cerca de aquí con el mismo número,  calle La Libertad  507. Él  anciano dijo,  “No.” Entonces le pregunté si por casualidad sabía de una familia con apellido Pataky. Entonces él dijo, “ Déjame ver,” y cerró los ojos. Continuó diciendo, “ Bueno, hace muchos años, la familia Pataky vivía al otro lado de la calle, pero todos murieron. De hecho, yo era  amigo del hijo más joven. Su nombre era Morris. Creo que se fue a escalar una montaña hace muchos años y nunca regresó. Todo el mundo cree que se murió en un accidente y nadie encontró su cuerpo. Incluso,  si mi memoria no me falla, él se parecía un poco a vos.”

En ese instante sentí como la sangre me recorrió  todo el cuerpo. No sabía qué hacer, no sabía qué decir. Solo corrí y  me fui lejos de ahí, cada vez más rápido, en busca de la parada del autobús. Cuando la encontré vi el autobús llegar al mismo tiempo. Saqué el boleto de mi bolsillo, lo entregué al chofer y me senté.  Yo estaba confundido, ¿donde estaba yo?, ¿era esto una broma? o ¿un episodio de ciencia ficción?  Todo lo que quería hacer en ese momento era estar con Flor Blanca.  El autobús continuaba su camino hacía la montaña, yo sentí que los minutos eran horas y las horas días. Finalmente cuando llegue a mi destino salté del autobús hacía fuera y corrí y corrí y corrí.

Minutos mas tarde corriendo hacia la montaña mi energía comenzó a disminuir. Me sentí agotado pero aún así empecé a subir la montaña. Seguía pensando en las palabras del padre de Flor Blanca, sobre la posibilidad de no encontrar el camino de regreso hacía ellos. Seguí buscando donde creí haber dejado las marcas y la roca brillante que abriría  la puerta. Aunque para mi, todas las rocas se veían igual en la montaña.

Entonces miré alrededor y no pude ver nada por ningún lado. Buscaba desesperadamente aquella roca brillante que abriría la puerta de la cueva, luego vi mis manos. Vi como mis manos se arrugaban rápidamente. (20) Enseguida, miré mi cuerpo y me di cuenta  que me estaba haciendo viejo. Podía ver grandes cambios en mi cuerpo. Todo sucedía tan rápido. Empecé a debilitarme más y más. Así, llorando grité su nombre, “¡Flor Blanca!, ¡Flor Blanca!” Sin energía para caminar empecé a gatear. Mientras seguía llamando a Flor Blanca, me desplome.  Mi cuerpo se hacía  cada vez mas viejo y encorvado.(21) De pronto, sólo cerré mis ojos y todo se volvió oscuridad.

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